Reseña del libro "333 Cuentos de una línea"
Mis cuentos (que no he querido llamar microcuentos ni microrrelatos, porque reniego de los estereotipos y las modas) son puros divertimenti, ocurrencias, pequeñas historias sin pretensiones, a veces modestos ejercicios de estilo, algunos surrealistas, otros aproximaciones a la realidad. Todos o casi todos están regidos por el humor, un humor que tiende al negro con un amplio diapasón tonal de grises. Es posible que unos cuantos rocen la incorrección política: quien se escandalice, que no se prive, por favor, de arrojar la primera piedra. Lo que no tienen es un propósito moralizador o un mensaje social. La ironía, el toque satírico o el vitriolo impregnan estas minihistorias, plagadas de personajes, a veces patéticos, entrañables otras, regidas por la idea general de que, en realidad, todos estamos desvalidos en este mundo, de ahí que el lector sagaz seguramente podrá apreciar a menudo una mirada compasiva. Su intención y su verdadero propósito es distraer por un momento de las penas de la existencia.